En ocasiones, diferentes motivos son los causantes de dejar en un último plano algo tan esencial como es el reciclaje de los conocimientos de nuestros trabajadores.
Se trata de un error muy grande, ya que tenemos que tener en cuenta que la formación no es una pérdida de tiempo o un gasto para la empresa sino todo lo contrario, es una INVERSIÓN a largo plazo.
La formación dentro de la empresa es como una escalera, en la que según vas subiendo peldaños y vas formándote más, vas adquiriendo las destrezas y habilidades que hacen que puedas llegar más lejos.
Además, en la situación actual, las empresas necesitan innovar y renovarse, lo que implica un incremento de los conocimientos, una actualización constante y el desarrollo de nuevas ideas mediante distintas modalidades de formación.
A través de un buen plan de formación de nuestros empleados, se mejora la imagen de marca y el prestigio de la empresa, lo que hace que sea más atractiva tanto para sus propios trabajadores como para los clientes externos. De esta forma, logramos atraer y retener el talento, clave para el éxito empresarial.
Lucía Bastida Susinos