Tomar la decisión de dejar el trabajo nunca es fácil, especialmente con los tiempos que corren en la actualidad. Sin embargo, una vez tomada la determinación, llega uno de los momentos más complicados del proceso: comunicarlo en la empresa.
El principio básico a tener en cuenta en el proceso es hacerlo con el máximo cuidado, respeto y sinceridad ya que no sabemos si volveremos a cruzarnos con nuestros actuales compañeros o jefes en nuestro futuro laboral.
-Tu jefe o responsable directo debe ser el primero en enterarse. Debes evitar los rumores o que los jefes se enteren por terceras personas ya que creará una mala imagen de ti.
– Aunque, según la legalidad, basta con avisar con 15 días de antelación, si ya lo tienes claro, avisa a tu empresa lo antes posible para que puedan reorganizarse o reemplazarte con suficiente tiempo. Especialmente si trabajas en puestos clave o si te encuentras dentro de un proyecto importante, esta acción será bien valorada.
– A la hora de comunicarlo, sé sincero pero con inteligencia. No resaltes los aspectos negativos que te impulsan a abandonar la empresa. Habla de las nuevas oportunidades de ascender, de aprender, de viajar… que te proporciona la nueva empresa y no las pocas opciones de ello que te ofrece tu compañía actual.
-Si ya tienes tomada la decisión y es inamovible no hables de tu nuevo salario ya que podrían hacerte una contraoferta y, en ese caso, te verías obligado a quedar mal con una de las dos.
– Si la empresa que te ha fichado es de la competencia, díselo con total naturalidad. Al fin y al cabo, se acabarán enterando y es mejor que sea por ti.
– Si tu salida de la empresa no se produce en buenas condiciones y dejas la empresa por hartazgo o por unas condiciones precarias, debes contener la ira y hacerlo cordialmente ya que, como hemos mencionado al principio, nunca sabemos con quién nos encontraremos en nuestro futuro laboral. Por esta razón es importante también finalizar la relación apropiadamente con los compañeros.