La trayectoria laboral está repleta de retos, éxitos y, por supuesto, de miedos. A no estar a la altura, a perder el puesto, al cambio, a que aparezca alguien más capacitado… hay tantos temores como personas y, por eso, Nexian ha dedicado su barómetro mensual a analizarlos.
“Los miedos son intrínsecos a la biología de las personas y existen en todas las etapas y posiciones de la trayectoria laboral, en cualquier escalón de la jerarquía e incluso siendo funcionario. Muchos de ellos no se basan en la realidad sino en la inseguridad”, ha apuntado la directora de Comunicación y Experiencia Cliente, Patricia Gómez.
Las razones más esgrimidas por los trabajadores son:
El 47,03% de los empleados tiene miedo a no dar la talla: es uno de los más comunes y tiene tantos detonantes como personas.
“La llegada de alguien más joven, más formado, más creativo o que simplemente tiene una competencia específica mejorada puede dar lugar a una inseguridad magnificada fruto de una autoexigencia desmesurada”, ha señalado Gómez.
“Y todo ello surge del error de no darnos el suficiente valor profesional y de la obsesión de compararnos con los demás”, ha indicado.
El 26,94% teme ser despedido: otro de los clásicos de la vida laboral de cualquier trabajador, miedo a perder el empleo y, a continuación, verse en una delicada situación económica o en la catastrófica situación de no encontrar otro empleo.
Es una de las situaciones que probablemente todo empleado vivirá en algún momento de su vida laboral y que debe ser intrínseco a cualquier entrada a una empresa: la salida. “Puede que sea en unos meses, en unos años, de buen rollo o con mal talante, pero un alto porcentaje de la fuerza laboral será despedida una o varias veces. Y no pasa nada”, ha destacado la directora de Comunicación y Experiencia cliente.
El 14,15% tiene miedo al cambio: salir de la zona de confort y afrontar nuevos retos requiere valor y capacidad de adaptarnos a los cambios. Por eso, los cambios de cualquier tipo suscitan, en ocasiones, temor entre los empleados.
“Algo que, a priori, podría suponer un revulsivo para el empleado, probar cosas nuevas, aprender, desarrollarse en nuevos campos puede suscitar nervios en los empleados que han dedicado un tiempo determinado a una actividad que ahora tienen controlada”, ha subrayado.
Un 11,88% experimenta temor a ser reemplazado: quizás es el resultado de todos los miedos anteriores y está relacionado con el temor al fracaso. “Todos sabemos la teoría de que el trabajo solo es trabajo, pero la realidad es que pocos están preparados para asumir que, finalmente, sí somos reemplazables”.
Con todo, la experta de Nexian asegura que “las personas quieren garantizar que hacen bien su trabajo por encima de todo, demostrar que su profesionalidad queda intacta hagan lo que hagan y por tanto las organizaciones tienen que apostar por dar confianza a sus equipos e impulsar sus carreras”